La biblioteca del Seminario de Monterrey (1793-1799): una fuente para el estudio de la Independencia en el noreste de Nueva España.

Abstract

Este artículo surgió del interés por identificar los textos que influenciaron a los actores que, como Gutiérrez de Lara, promovieron la causa insurgente en el noreste del Virreinato. Dicho interés conduce a una cuestión mayor: ¿cómo entender que, en un mundo corporativo, el miembro de un cuerpo escriba y divulgue un planteamiento político propio? En lo que a Gutiérrez de Lara se refiere, me parece acertado plantear que sus acciones fueron motivadas por literatura política y filosófica, porque en la década de 1790 obtuvo el bachillerato en cánones en el Seminario de Monterrey, único establecimiento de educación media y superior existente en las Provincias Internas de Oriente, donde se estudiaba filosofía moderna. Hacia 1804, fue nombrado rector de la misma institución, siendo a la vez catedrático de filosofía (Cavazos, 1984, t. i: 231-232). Tales nombramientos evidencian que Gutiérrez de Lara era un eclesiástico letrado, de modo que la proclama que escribió en 1811 debió estar orientada por cierto marco de referencias. No obstante, hasta ahora se desconoce el paradero o contenido de su biblioteca personal. Entonces, ¿de dónde partir? Para examinar qué autores influenciaron su pensamiento político me remitiré a la biblioteca del Seminario de Monterrey, la cual consultó durante su juventud y sus años como catedrático. La biblioteca del Seminario se formó en 1793 con tan solo doce obras. Este breve inventario constituyó la primera biblioteca pública de las Provincias Internas de Oriente. No obstante, tras la muerte del obispo de Llanos y Valdés en 1799, su biblioteca, compuesta de 865 ejemplares, pasó a formar parte del Seminario (Zapata, 1996: 115-116). De este modo, el noreste del Virreinato contó con un importante acervo, del que abrevaron los futuros actores políticos de la región.